CAMINEMOS JUNTOS CON MARÍA
«A los pocos días María emprendió viaje y se fue de prisa a un pueblo en la
región montañosa de Judea. 40 Al llegar, entró en casa de Zacarías y saludó
a Isabel. 41 Tan pronto como Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó
en su vientre. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 exclamó:
— ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz![a] 43 Pero
¿cómo es esto, que la madre de mi Señor venga a verme?»