Apóstoles de la virgen peregrina
El misionero tiene que ser, he aquí su grandeza, portador de la Madre y el Hijo; como también los ojos, los oídos, las manos, la voz, el corazón de la Madre y el Hijo. Se trata de una verdadera Alianza de amor.
El Misionero se ofrecen a María y María se ofrece a él para evangelizar juntos y así María vuelve a los caminos del mundo.